viernes, 14 de agosto de 2009

Desearía Poder Mandar

Ayer recordé que existia este "diario virtual" que, obviamente, nadie lee
Donde me expreso en mis momentos depresivos y esas cosas
Como paso en crisis depre por mi mejor amigo que -curiosamente- es bisexual, tiene una relación enfermiza con un hombre que a pesar de estar con otras personas él siempre estará alli para su "amigo", que esta siempre en partuzas con mucha gente, que cada semana le gusta una nueva y me ha dicho mil veces que cuando quiera hacemos lo que yo quiera, necesitaba expresarme
Porque, como imbecil que soy, a mi a pesar de ser él la peor opción del planeta (mencioné que engaño a su "novio" conmigo hace dos meses?) a mi me encanta, me fascina y me siento incapaz de besar a alguien más.
Siempre le invento que me gusta alguien más, a lo que el contesta que cómo me gusta esa persona, que es esto aquello blablabla
Si supiera, si supiera que es él, que el me quita el sueño y me hace llorar con canciones románticas!
Si supiera que me encantaría ser su conquista del mes (eso es lo que le dura máximo el interés por alguna)... Porque, como buen hombre de 18 años que es, sólo busca placer
Conmigo tambien lo busca con sus one-night-stand que suele ofrecerme: Besos, abrazos y sucedáneos de amor por, al menos, una hora
Yo no busco placer, Idiota mío, no
Si fuera por eso, lo podría encontrar en cualquier sitio en cualquier momento
Idiota mío, yo busco amor y seguridad
Tu jamás nunca me brindarás más que una simple amistad
Una amistad en la cuál jamás seré demasiado importante, como esté yo no te inquieta, si me vez genial, hablamos y eso, si no me ves, pues da lo mismo. Dices que me quieres mucho y que soy tu única amiga en la U, yo no te creo y nunca lo haré.
Ahora ni siquiera tenemos ramos juntos y el único día que tu tienes clases, a mi me toca en otro Campus
Es simple: El destino conspira para que te olvide. El destino no lo consigue con nada
Y sabes que es lo peor Idiota? Que ni siquiera me gustas fisicamente! Eres tu, tu ser, tu alma, tu... ser tu es lo que amo de ti


Hace una semana mas o menos leí este poema
Lo amé, lo sentí mío
Lo sentí hacia ti
Mas bien, hacia tus amores semanales o mensuales, según como estes
A aquellas que te tienen más que yo, a aquellas que -según tu- te preocupan y quieres menos que a mi
Quieres saber algo malo? Sería maravilloso ser una de tus relaciones sin sentido, al menos una semana sería feliz



Dejo el poema, de la increíble Alfonsina Storni, para acordarme cuando esté mayor de que esto existió:





Carta lírica a otra mujer

Vuestro nombre no sé, ni vuestro rostro
conozco yo, y os imagino blanca,
débil como los brotes iniciales,
pequeña, dulce... Ya ni sé... Divina,
en vuestros ojos, placidez de lago
que se abandona al sol y dulcemente
le absorbe su oro mientras todo calla.
Y vuestras manos, finas, como aqueste
dolor, el mío, que se alarga, se alarga,
y luego se me muere y se concluye
así, como lo veis, en algún verso.
Ah, ¿sois así? Decidme si en la boca
tenéis un rumoroso colmenero,
si las orejas vuestras son a modo
de pétalos de rosa ahuecados...
Decidme si lloráis, humildemente,
mirando las estrellas tan lejanas
y si en las manos tibias se os duermen
palomas blancas y canarios de oro.
Porque todo eso y más, vos sois, sin duda
vos, que tenéis al hombre que adoraba
entre las manos dulces, vos la bella
que habéis matado, sin saberlo acaso,
toda esperanza en mí... Vos, su criatura.
Porque él es todo vuestro: cuerpo y alma
estáis gustando del amor secreto
que guardé silencioso... Dios lo sabe
por qué, que yo no alcanzo a penetrarlo.
Os lo confieso que una vez estuvo
tan cerca de mi brazo, que a extenderlo
acaso mía aquella dicha vuestra
me fuera ahora... ¡Sí!, acaso mía...
Mas ved, estaba el alma tan gastada
que el brazo mío no alcanzó a extenderse:
la sed divina, contenida entonces,
me pulió el alma....¡Y él ha sido vuestro!
¿Comprendéis bien? Ahora, en vuestros brazos
él se estremece y le decís palabras
pequeñas y menudas que semejan
pétalos volanderos y muy blancos.
Acaso un niño rubio vendrá luego
a copiar en los ojos inocentes
los ojos vuestros y los de él unidos
en un espejo azul y cristalino...
¡Oh, ceñidle la frente! ¡Era tan amplia!
Arrancaban tan firmes los cabellos
a grandes ondas, que a tenerla cerca,
no hiciera yo otra cosa que ceñirla!
Luego dejad que en vuestras manos vaguen
los labios suyos; él me dijo un día
que nada era tan dulce al alma suya
como besar las femeninas manos...
Y acaso, alguna vez, yo, la que anduve
vagando por afuera de la vida,
—como aquellos filósofos mendigos
que van a las ventanas señoriales
a mirar sin envidia toda fiesta-
me allegue humildemente a vuestro lado
y con palabras quedas, susurrantes,
os pida vuestras manos un momento,
para besarlas, yo, cómo él las besa...
Y al recubrirlas, lenta, lentamente,
vaya pensando: aquí se aposentaron
¿cuánto tiempo, sus labios, cuánto tiempo
en las divinas manos que son suyas?
Oh, qué amargo deleite, este deleite
de buscar huellas suyas y seguirlas
sobre las manos vuestras tan sedosas,
tan finas, con las venas tan azules!
Oh, que nada podría, ni ser suya,
ni dominarle el alma, ni tenerlo
rendido aquí a mis pies, recompensarme
este horrible deleite de ser mío
un inefable, apasionado rastro.
Y allí en vos misma, sí, pues sois barrera,
barrera ardiente, viva, que al tocarla
ya me remueve este cansancio amargo,
este silencio de alma en que me escudo,
este dolor mortal en que me abismo
esta inmovilidad del sentimiento,
que sólo salta bruscamente cuando
nada es posible!